Todos salimos, llegamos todos

Equipo

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Hace días, mi padre me prestó una de sus joyas. Se trata del libro de Dennis Perkins acerca “Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición antártica”.  En dicha exploración polar, Shackleton y su equipo pasaron condiciones muy complicadas de extrema severidad, como es luchar durante largos meses contra el frío, el hambre y el desánimo, llevando al límite su capacidad humana. Pero a pesar de la dureza de la situación que vivieron, Shackleton fue capaz de liderar y guiar al grupo de exploradores con ánimo, optimismo, creatividad, confianza y una hábil perspicacia. Sin duda, todo un ejemplo del que aprender.

Si le analizamos como líder, aparte de ser el primero en dar ejemplo, destacan de él sus grandes gestos de generosidad con los compañeros. A continuación, añado una cita que sale en el libro en la que se plasma de forma clara:

“Shackleton, en privado, me forzó a aceptar la galleta de su desayuno, y me hubiera dado otra esta noche si yo lo hubiera permitido. No creo que nadie en el mundo pueda valorar cuánta generosidad y empatía ha mostrado con este gesto: yo sí, y juro por Dios que nunca lo olvidaré. Miles de libras no hubieran podido comprar esta galleta.”                                                                                                                                                                                                                      Frank Wild

 A lo que quiero llegar con esto es que el ser equipo, puede mover montañas. Y si la gente se implica con generosidad y pensando y ayudando al compañero, ya es el no va más.

Aplicándolo al deporte, pongamos que un grupo de amigos ciclistas se va a los Dolomitas italianos. Allí hay etapas muy duras y si no se refuerza bien el mensaje del grupo “Todos salimos, llegamos todos”, los que tengan más dificultad podrían acabar abandonando y en consecuencia, deshacerse el grupo. Así que como no queremos que pase eso, tenemos que tener muy presentes los siguientes pilares:

  • “Todos tenemos el mismo apellido”. Y de esta manera metafórica me refiero a la importancia de tener una identidad compartida como grupo. Podemos tener personalidades, vidas o gustos distintos, pero que seamos diferentes no impide que algo importante nos una. Esa identidad va a favorecer la cohesión grupal y además va a promover que se establezcan vínculos sociales. El sentimiento “somos UNO” puede llegar a ser muy potente.
  • “La boca está para hablar y las orejas para escuchar”. ¡Vital la comunicación! Esto es como en las parejas: si la comunicación falla, la pareja falla. Por eso es tan importante tener una comunicación fluida. Si te ha molestado o gustado alguna cosa, si crees que algo se puede hacer distinto, si ves a un compañero en apuros, si necesitas ayuda… simplemente ¡DILO! Sino… ¿cómo lo van a saber? Las adivinanzas, para el tiempo libre. Y tan o más importante es ESCUCHAR. ¿O no os habéis dado cuenta que tenemos una boca y dos orejas? 🙂
  • Last, but not least. Esta expresión inglesa significa “por último, pero no menos importante” y me gusta porqué representa muy bien este punto: TODOS los miembros del grupo son igual de importantes. Desde el primero hasta el último. Por eso, si queremos que se impliquen y den lo mejor de sí, todos deben sentir que son una parte imprescindible del “puzle”. Y eso incluye, estar informados de cualquier circunstancia que incumba al grupo, tanto positiva como negativa. A su vez, se debe favorecer la iniciativa, la participación de todos los miembros del grupo y el buscar conjuntamente soluciones a los problemas.
  • “Con tesoro y tesoro, se hizo la isla del tesoro”. Quien diga que no tiene ningún talento, miente. Todo el mundo es bueno en algo, otro tema es que aún no haya descubierto en qué. Por eso es importante descubrir qué talento (tesoro) y fortalezas tienen las personas. Ya que de este modo, se obtendrá un mejor rendimiento y sin duda, se sacará lo mejor del equipo convirtiéndose este en una auténtica isla de tesoros.

Para finalizar, me gustaría extrapolar un poco el contenido de este artículo a la vida diaria. Y es que los equipos no están sólo en el deporte. Los encontramos también en el ámbito laboral, en la universidad, en grupos de trabajo… ¡y en nuestra vida personal! ¿O a caso no se puede hacer equipo en la familia o en pareja? Ejemplificando brevemente el ser equipo en la pareja, se podría aplicar así: 1) la identidad compartida, tener un proyecto de vida en común, 2) la comunicación fluida, no lanzarse pullas y ser más empáticos, 3) la importancia de ambos, el respeto y la colaboración, y 4) las habilidades o talentos, que ella sea una organizadora nata y se encargue de preparar las vacaciones y él sea un crack de la cocina y sea el masterchef de la casa.

Yo lo he hecho con la pareja, pero se puede aplicar en lo que a ti te apetezca. El sentimiento de pertenecer a un equipo (sano se entiende) y sentirse parte de él, es realmente mágico. El apoyo, el sentir la sinergia y el poder llegar más lejos sólo se pueden conseguir con la generosidad de todos sus miembros. Y es que si todos salimos, llegamos todos. No hay otra.

Twitter @AresZamoraPsico

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