Cancellara: «quiero ganar tres monumentos»
Fabian Cancellara on stage one of the 2015 Tour of Qatar
Fabian Cancellara está ante su última temporada como ciclista profesional. Esto le hace sentir menos presión a la hora de afrontar un reto, pero sobre todo disfruta más cada minuto que se sienta en la bicicleta para dar unas pedaladas que seguramente sean las últimas en el pelotón. Por eso, el suizo quiere retirarse por todo lo alto, con la triple corona de monumentos que le convertirían, más aún si cabe, en una leyenda del adoquín y de las clásicas belgas.
Cancellara ha empezado la temporada como un tiro, ganando en Mallorca, la crono de la Vuelta al Algarve y alzándose con la tercera Strade Bianche el sábado pasado. Un inicio envidiable por todos y que puede ser el preludio de una temporada de ensueño. Compañeros suyos como Markel Irizar ya han avisado que le ven muy fuerte este año y que seguramente se retire con más de un monumento esta temporada.
El espartaco – como se le conoce al suizo – no siente la presión por ser el corredor con más monumentos de la historia. Sabe que no podrá superar a leyendas como Merckx o Rik Van Looy, pero eso sin embargo le hace sentir más feliz. «¿Quién ha ganado más clásicas que yo? Merckx, Hinault. Eso me hace feliz», dijo Cancellara al L’Équipe. «Todo esas victorias ya son mías, pero todavía tengo más hambre de triunfos. San Remo, Flandes, Roubaix no son un secreto, quiero ganar estos tres monumentos, quiero hacer histora», explicaba el suizo.
En su memoria aún queda malos momentos de su etapa ciclista, como aquel 2010 cuando tras ganar París – Roubaix y Tour de Flandes, Davide Cassani le acusaba de haber utilizado un motor en su bicicleta. Seis años después, Fabian Cancellara se lo toma con humor e incluso bromea con ello: «Quise ver el lado positivo. Cuando me di cuenta de que miles de personas estaban viendo vídeos de mis ataques, pensé ‘Soy extrañamente populares …’ Y lo tomé como un cumplido. Debido a que el motor lo tengo en mis piernas, a veces cuando no va bien en una carrera, les decía a mis rivales: «Mierda, hoy mi motor está roto», concluía el corredor de Trek – Segrafedo.
