Lizarte: Salvados en Chateaubriant

Jornada complicada en el Tour de Bretagne.

La cuarta etapa del Tour de Bretagne se anunciaba de transición. Ni el recorrido presentaba sobre el papel más dificultades de lo habitual, ni la meteorología se antojaba más juguetona que en las tres jornadas de la víspera. Sin embargo, el ritmo fue todavía más elevado de lo habitual, con ataques lejanos de quienes descuentan oportunidades para volcar la general: no valían las fugas y favoritos al triunfo arrancaban desde lejos buscando el despiste de sus rivales.

Así pasaban los kilómetros, dientes apretados, hasta que llegó el circuito final de Chateaubriant y reveló que, tras su aparente amabilidad más allá del insidioso repecho final, se escondía una naturaleza agresiva. La travesía de dentro a fuera del pueblo estaba perlada de isletas y peligros ocultos, que costaron disgustos al pelotón. La confusión revolvió el río y ganó un pescador, Jones (CDA), que se había atrevido a remar contracorriente durante kilómetros para terminar alzándose con el premio gordo. El liderato de la general lo heredó Manzin (VCC) de espaldas de Dainese (SEG), uno de los muchos infortunados del circuito final.

Como Dainese, Kiko Galván sufrió una caída a sólo 10 kilómetros de meta. “En el último paso por meta, yendo bien colocado, un ciclista del Joker se ha caído justo delante de mí y no he podido evitar irme yo también al suelo”, lamenta. “Me he levantado de inmediato para salvar la carrera lo mejor posible”. El catalán, situado hasta ahora entre los 20 primeros de la general, logró llegar a cola del pelotón apoyado por Martí Márquez y Eugenio Sánchez, que habían batallado en el tercio inicial. Sin embargo, un pequeño corte le infligió 17 segundos de pérdida. Fue la mala noticia en una jornada en la que tres corredores del Equipo Lizarte sí entraron con los mejores.

Fuente: Lizarte.

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