Tomar las riendas

El Equipo Lizarte deja su sello en Bretaña.
Este lunes, Bretaña no era tan Bretaña. ¿Dónde quedaron el viento y la lluvia, y qué hace aquí este sol? ¿Dónde está esa dureza que rompe la carrera en pedazos a diario, si hay casi 70 ciclistas en el primer minuto de la general y los equipos de categoría Profesionales adormecen al pelotón con su ritmo machacón? Los escarceos duran lo que tarda en cristalizar la escapada: después, mucho trote y ningún vuelco. En esta quinta etapa del Tour de Bretagne fueron casi 40 kilómetros a fuego hasta que se marcharon cinco corredores que lograron despistar y mantener a raya al gran grupo hasta la meta de Le Ferré: de entre ellos salió el ganador Luchsenko (AST) y el líder Lienhard (IAM).
En el pelotón, el Equipo Lizarte decidió tomar las riendas pasado el ecuador de la etapa, 191 kilómetros que suponen un maratón para los sub23, tratando de endurecer en el puerto más exigente de la jornada, Mont Romain. “Eugenio Sánchez, Álex Jaime y yo hemos enfilado para intentar romper la carrera con Iñigo Elosegui”, explica Martí Márquez, básico en la escaramuza. Al León de Zierbena le ayudó el Team Sunweb Development de Nils Eekhoff, haciendo realidad una entente que surgió en la rueda de prensa previa al Tour de Bretagne. Justo después de coronar, la ofensiva fue atajada. “Vital Concept quería mantener el pelotón junto y no ha dejado que se formara ninguna escapada”, explica Márquez.
La contienda quedó para el circuito final, un nuevo sprint en Le Ferré. Iñigo Elosegui intentó estar a los cortes mientras Álex Jaime, Kiko Galván y Raúl Rota se agrupaban pensando en la llegada masiva. “Teóricamente el circuito era el más fácil de la semana porque tenía sólo cuatro curvas, sin mayor misterio… Pero el pelotón iba muy entero y el terreno era muy rápido, lo cual ha provocado que hubiera mucho peligro y caídas”. Se fueron al suelo Galván, Elosegui y Eugenio Sánchez. “Por fortuna, todo ha quedado en chapa y pintura”.
Fuente: Lizarte