Poels se lleva la “Lieja – Pernera – Lieja”

El corredor holandés de SKY ha conseguido el primer monumento para el conjunto británico en una carrera marcada por la nefasta meteorología. El mejor español, Samuel Sánchez en una cuarta posición que confirma su ‘segunda juventud’.
253 Km que finalmente han sido recortados a ‘tan solo’ 248. Alaphilipe y Valverde partían como máximos favoritos, y Movistar y Etixx estaban llamados a comandar la carrera como si de un duelo se tratase. Pero el mal tiempo y las nuevas cotas han jugado su papel, y el guión se ha venido a bajo en los últimos kilómetros.
El largo día empezaba con una fuga que llegó a tener una ventaja de 8 minutos, y de la cual los último valientes fueron Alessandro De Marchi (BMC), Nicolas Edet (Cofidis) y el veterano Thomas De Gent (Lotto), que a pesar de no mostrar muchas fuerzas intentaba engancharse una y otra vez a la rueda de quien le mantuviera delante.
Parecía una Lieja controlada, a pesar de que la lluvia comenzaba a convertirse en nieve, las carreteras eran auténticos espejos, y era complicado desarrollar el trabajo de una manera normal.
Con los integrantes de la fuga cazados, fue el momento de la calma tensa en el gran grupo. Etixx parecía mandar y hacerse con el control del grupo, y fue cuando Movistar intentó pasar al ataque con el colombiano Carlos Betancur. Conocido es que le sobran uno kilos, pero estos lípidos le vienen de perlas al colombiano en días tan duros como hoy o como la semana pasada en Castilla y León, donde consiguió la victoria de etapa.
Con este movimiento conseguía eliminar corredores del conjunto belga, y corredores como Andrey Grivko (Astana) se unían a la fiesta, mirando más por el trabajo para sus líderes que a la victoria en meta.
La tradicional imagen del estadio del Standard de Lieja copaba las pantallas, y sin embargo en la carrera se ‘olía’ un extraño ambiente. Por enésima vez comentamos, podría ser por el mal tiempo, o por la debilidad que empezaban a florecer entre los favoritos. Sí que es verdad que, al contrario que en las clásicas de pavés, ha sido difícil ver a un pequeño puñado de corredores ser dueños y señores de las clásicas de Ardenas de esta temporada. Sin embargo, nombres como Tim Wellens, Julien Alaphilipe, Alejandro Valverde y Daniel Martin debían estar ahí. Sin contar también con Purito Rodríguez o Michael Kwiatkoski.
Por el contrario, estos han sido corredores que hoy se han visto sorprendidos en todo momento, y que quizás las fuerzas no les han dejado mostrarse más de lo que les gustaría.
De este modo llegábamos a la cota de los italianos (St. Nicolas), donde como suele pasar irónicamente, elimina a compatriotas como Nibali, que después de ver su Lieja robada por Iglinsky, parece que se le atraganta.
De nuevo era Betancur, quien se mostraba muy fuerte, el que lanzaba ataques como picaduras de avispa para seguir haciendo daño. Por detrás, seguía desgranándose el grupo y otro ganador de la carrera como Simon Gerrans decía adiós a sus opciones.
Era el momento para corredores como Diego Rosa e Ilnur Zakarín, que mostraban sus cartas, quizás viendo que podían tener una oportunidad ya que los líderes de sus respectivos equipos no estaban respondiendo positivamente.
A pesar del empeño, esta no sería la cota crucial, ya que quedaba la novedad de la jornada: La Cota de Rue Naniot. 0.6 km al 10 % y con un invitado de lujo, el pavés.
El grupo llegó a la rampa adoquinada agrupado, más o menos, si se puede llegar a conseguir un estado de control en una carrera como esta, y hoy más si cabe.
Los líderes parecían reacios a creer que esta era la cota que marcaría el ganador de la carrera, esperando una resolución más tradicional con las últimas rampas en meta. Sin embargo, llegó un potentísimo ataque de Michael Albasini, quien siempre parece que lanza el ataque previo al bueno. El español Samuel Sánchez siguió la rueda con más corazón que con piernas, y Rui Costa y Wouter Poels se unían al cuarteto.
Con tan solo 2.5 Km a meta, este pequeño grupo comenzaba a ganar enteros, y en el grupo de detrás se apoderaba un caos que solo se forma cuando no sale nada como uno se esperaba.
Albasini encabezaba el grupo, y no por iniciativa propia, sino porque cualquier pedida de relevo se le era rechazada, sobretodo por Rui Costa, quien ha llevado el ‘estilo Rui Costa’ al extremo. Nunca se le vio delante. Siempre a rueda. Esperando…algo.
A pesar de las negativas, llegaban las rampas finales, y tan solo Zakarin podía moverse por detrás, mostrando que si pudiese haber leído ese movimiento podría haber ganado fácilmente.
Ya a escasos metros, Samuel mostraba que no podía seguir la rueda de nadie, y Poels lanzaba un sprint eterno que Michael Albasini seguía como buen hombre rápido que es. Rui Costa se quedaba en tierra de nadie.
Al final, el simpático corredor de SKY alzaba los brazos, demostrando que sabía muy bien lo que hacía, y Albasini se quedaba de nuevo en las puertas de lo que podría haber sido un doblete histórico para Orica Roubaix – Lieja.
Así terminaba un día raro y frenético, con mención especial al imbécil vestido extravagantemente (por decir algo) que entorpeció al pelotón en los últimos kilómetros corriendo con los corredores.