Contracrónica | Se ven las debilidades de Ineos

Primera etapa de montaña, y primeros duelos entre los favoritos, donde Geraint Thomas avisa que es el actual campeón del Tour. Y es que no sólo sorprende la facilidad del galés dejando sentado a Alaphilippe o Pinot, que son finishers reconocidos, en una rampa del 20%. También sorprende ver a los dos líderes de Ineos totalmente solos a 2,5 kilómetros del final.

Y es que sin Froome el respeto y el miedo ante el “trenecito Sky”, ahora Ineos, no es el mismo. La dictadura de Froome ha acomplejado a muchos escaladores, el primero Nairo, que ya hasta declara que no atacará el primero porque de sus ataques se beneficiaron otros. Y así estábamos todos los meses de julio, viendo como la marcha militar de los hombres de Dave Brailsford nos aburrían etapa tras etapa.

Hoy sin Froome las órdenes de Brailsford parece que fueron otras. Ineos decidió no llevar la iniciativa, y aunque los más incrédulos crean que es porque el liderato lo tenía Deceunick, todo hace indicar que, y a pesar de ser favoritos a ganar su enésimo Tour de Francia, no corren con la misma confianza que en años pasados. Bernal y Thomas son quizás los mejores corredores que haya ahora mismo en la Grande Boucle, pero la confianza y garantía que transmitía Froome, no la transmiten estos dos grandísimos corredores, ni siquiera Thomas, que ganó en 2018 sin fallar ni un día.

Porque la juventud de Bernal deja dudas de si el colombiano puede ganar el Tour, de si no tendrá un mal día, o si le podrá la presión o el vértigo a ganar. Y con Thomas pasa algo parecido. Todos saben que es más que digno ganador del Tour, aunque muchos quieran quitarle mérito a su triunfo, pero sus rivales saben lo que es ganarle en la montaña. Sus rivales saben que tarde o temprano fallará, como hizo en otras grandes vueltas cuando fue el líder de Sky.

Y esto parece olerlo el resto de equipos, y en especial Valverde, que no ha dudado en ponerse a tirar cuando la carrera lo pedía a gritos. Sacrificándose por su equipo, matando “sus opciones” porque gane Movistar el Tour. Y de esto deberían aprender otros dos que van de azul. Fue con Valverde cuando el pelotón más sufrió.

Bastó con ver zarandear la bicicleta del maillot arcoiris para que el pelotón se diluyera. Para ver como el color rossonero de Ineos se disipase hasta quedarse en tres, sus dos líderes y Kwiatkowski, cada vez más enfocado a las clasificaciones generales, y futura piedra angular del equipo polaco de CCC.

Y es que Michael Kwiatkowski es muy bueno. Por eso cuando Landa decidió atacar, y crear un precedente casi inaudito en los últimos Tour de Francia, le tocó al polaco ponerse a trabajar. Y le tocó a él porque era el único que quedaba, era la última Bala que tenían Bernal y Thomas antes de partirse la cara ellos. Y todo esto a 4 kilómetros, cuando la mirada y la boca del polaco sollozaban clemencia.

Momento en el que Groupama entendió que Ineos estaba solo. Los franceses vieron que los chicos de Dave Brailsford rodaban sin compañeros, y tenían que probar cómo actuarían, si trabajando en equipo o por separado. Porque no hay que olvidar que Bernal ha venido aquí a ganar el Tour, y no para ayudar A Geraint.

Y fue ahí donde Thomas tuvo que saltar como hace un león si le desafían. No sólo para quitarle las grandezas de amarillo a Julian Alaphilippe, que atacó a 600 metros del final y que parece reencarnado en el mismísimo Voeckler, aunque este atesora mucha más calidad, sino para intentar meter miedo a sus rivales ante las debilidades que su equipo ha mostrado en el primer día de montaña.

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