OPINIÓN | Una tormenta saca los colores al Tour de Francia

La 19º etapa de este Tour de Francia ha tenido que ser neutralizada por una tormenta durante los últimos 20Km de meta.
Que no se podía transitar durante la ascensión a Tignes estaba claro. Que la carretera estaba impracticable también. Pero, ¿nada de esto era previsible? ¿En ningún momento se había previsto la tormenta?
Es cierto que hay argumentos como los desprendimientos sobre la carretera que son difíciles de prever. Ahora, por lo menos a un humilde servidor le genera dudas la maquinas que ya estaban preparadas. Algo que me lleva a preguntarme, ¿estaba prevista la tormenta? ¿Se sabía que algo así podía suceder? Son preguntas que nunca sabremos, que nunca llegaremos a contestar.
Lo que sí podemos saber es que nadie va a quedar contento, ningún corredor ni participante estará satisfecho por acabar antes de tiempo la carrera. He de decir que quizás tanto Bernal como Alaphilippe salen algo más beneficiados de una circunstancia de carrera de la que nadie tiene culpa.
Nadie tiene la culpa de estas circunstancias, pero, quizás, si se puedan solventar de una manera más efectiva. Tal y como apuntaba el propio Alberto Contador en Eurosport, la solución podría haber llegado antes estableciendo la meta en el Col de I’liseran, como finalmente se ha realizado. Lo que no parece muy lógico es tener a corredores jugandose la vida, bajando a 70Km/h a 2.700 metros de altitud para que, unos kilómetros más adelante, varias máquinas traten de despejar una carretera ya de por sí impracticable.